Off: viene del centro de ciudad gótica, "oscura amenaza".
Estaba realmente cansado cuando llegué a la ciudad. Tanto que fui en taxi hasta mi barrio. El chofer me regaló el viaje, y nos sacamos una foto juntos. Me bajé a tres cuadras de mi edificio.
Entré en un callejón y me quité el traje. Olía realmente mal. Hacía más de tres día que me lo había puesto. Lo tiré hecho un bollo a un contenedor de basura. Tenía muchos más en casa.
Entré al edificio y subí por el asensor hasta mi piso. Abrí la puerta del departamento y entré. Mi esposa y mis hijos estaban cenando. Apenas me vieron fueron conmigo y me abrazaron. Realmente los extrañaba. Odiaba estar tanto tiempo fuera, pero era mi deber. Terminamos de comer todos juntos, mientras le contaba a Iris todo lo que había pasado. Los niños se fueron a dormir, y nos quedamos conversando en la sala. En ese momento oí un estruendo afuera. Me asomé por la ventana. La ciudad estaba tranquila, veía las luces de los autos, como pequeñas hormigas andando en fila. Todo estaba en silencio. Y todo era iluminado por un resplandor rojo en el cielo. Eran una especie de fuegos artificiales, pero diferentes. Se mantenían en el aire, y eran un mensaje: Flash, alguien te necestita. Ven lo antes posible a la plaza central.
Unos minutos después, llegué al lugar, ya con un traje limpio. Un joven me esperaba, escondido en las sombras.
-Soy aqualad, el chico aquaman. Te necesitamos. EL Rival está en Star city, y con mis amigos no lo podemos controlar. Eres el único con el poder. Por favor. Ya lo has vencido antes.
El chico no sabía que no había sido yo, sino el anterior Flash, Jay Garrick. Pero eso no importaba.
Dudé unos instantes.
-De acuerdo. Iré.
Salí a una velocidad increible hacia Star City. Me dolía abandonar de nuevo a mi familia. pero debía hacerlo. Y verlos por lo menos unos minutos me había dado nuevas fuerzas. Además, me dije, esto no sería para siempre. Había oído hablar de un niño que tenía mis mismos poderes. Tal vez, en poco tiempo, podría reemplazarme...
Igualmente, unas lágrimas recorrieron mi mejilla.